Potencia fiscal vs. potencia real de un vehículo

Actualizado el 10/03/2019 | Mecánica

Potencia fiscal vs. potencia real de un vehículo

Normalmente cuando hablamos de la potencia de un vehículo (vamos a particularizar en el caso de un coche) hablamos siempre de “Caballos de Vapor“, pero cuando luego comprobamos la ficha técnica del mismo este dato no aparece en ningún lugar, aparecen los “Caballos fiscales” y los Kilowatios… Y este hecho lleva a la confusión a no pocos usuarios al comprobar la ficha técnica que acompaña a sus vehículos.

Por ello, deberemos aclarar estos conceptos… Vayamos por partes.

¿Qué es la potencia que desarrolla un motor? Si nos atenemos a la definición clásica de la física:

Potencia es la cantidad de trabajo efectuado por unidad de tiempo. Esto es equivalente a la velocidad de cambio de energía en un sistema o al tiempo empleado en realizar un trabajo

Es decir, a mayor potencia mayor capacidad de trabajo en la misma unidad de tiempo, lo que llevado a un coche significa (a iguales condiciones de aerodinámica, peso y desarrollos del cambio) mayor capacidad de empuje (para una aceleración mayor o una superior capacidad para vencer una subida por ejemplo). Las unidades de medida de la potencia son, en el Sistema Métrico Internacional el Watio (y sus múltiplos, siendo la más habitual el Kilowatio).

¿Qué es un “Caballo de vapor”? El caballo de vapor, símbolo CV, es una unidad de potencia. Se define como la potencia necesaria para elevar verticalmente un peso de 75 kg-fuerza (kilopondios) a la velocidad de 1 m/s. Esta unidad se llama así porque se suponía que era la potencia que desarrolla un caballo. A pesar de no ser un estándar del Sistema Métrico Internacional, sigue siendo una unidad de medida extensamente utilizada incluso en aquellos países donde legalmente se ha de utilizar el Sistema Métrico Internacional (lo habitual es que aparezcan las medidas en ambas unidades, Caballo de Vapor y Watios).

¿Qué es un “Horse Power”? El horse power, símbolo HP, es la unidad de potencia del sistema de medidas anglosajón. No es equivalente al CV.

Por tanto, tenemos tres unidades diferentes para determinar la potencia (recordemos, capacidad de trabajo en unidad de tiempo) que entrega un motor. ¿Cómo las relacionamos? Pues para ello hemos de aplicar los siguientes coeficientes:
1 CV = 735 W
1 HP = 1,0138 CV

Por tanto, un caso típico, un vehículo con una potencia declarada de 66 KW, pasados a CV nos darían 89’795 CV (66×1000/735). Asi mismo, la equivalencia al sistema anglosajón serían 91’034 HP.

Hasta este punto siempre hemos hablado de la potencia que entrega el motor y las diferentes unidades de medida que nos podemos encontrar, pero en la ficha técnica del vehículo habrá una nueva unidad, la “Potencia Fiscal”, cuya unidad de medida son los CVF (“Caballos de Vapor Fiscales” o directamente “Caballos Fiscales“).

La “Potencia Fiscal” hereda esta denominación de tiempos pasados en que su cálculo se relacionaba con la potencia del vehículo; y decimos tiempos pasados, porque la fórmula del cálculo hoy en día no tiene sentido alguno y desvirtúa totalmente los sistemas fiscales actuales aplicados al automóvil.

Veamos dicha fórmula:

Potencia fiscal vs. potencia real de un vehículo

Cálculo potencia fiscal

Explicada paso a paso:
Pf = Potencia fiscal
C = Cilindrada en cm³
N = Número de cilindros
T = 0,08 para motores de cuatro tiempos, 0,11 para motores de dos tiempos

Como se deduce de la fórmula de cálculo de la potencia fiscal, la potencia del motor no interviene en ningún momento en el cálculo, sino simplemente la cilindrada total del motor y el número de cilindros. Antiguamente, cuando los motores eran mucho más sencillos sí se cumplía (más o menos) la premisa de que a mayor cilindrada mayor potencia; “displacement matters”, solían decir los americanos, pero hoy en día las modernas técnicas de sobrealimentación y multiválvulas provocan que este método de cálculo sea totalmente injusto.

Por poner un ejemplo sobradamente conocido por todos, un Volkswagen Golf VI, vamos a coger los datos de las versiones 1.4 TSI (160 CV) y de la 2.0 TDI (110 CV).

De esta ficha técnica, haciendo los cálculos, vemos que el 1.4 TSI, que tienen 50 CV más de potencia, acelera de 0 a 100 en 8 seg. (frente a 10’7 del 2.0 TDI) y tiene una velocidad punta de 220 frente a 190 km/h, obtiene una potencia fiscal (es decir, la que se tomará como referencia para el pago del impuesto anual al ayuntamiento) de 10,71 CVF frente a los 13,19 que arroja la versión 2.0 TDI.

¿Y a mí en que me influye la potencia fiscal de mi coche? Pues antiguamente se utilizaba para calcular el impuesto de matriculación (ahora éste se basa en las emisiones de CO2), pero para el cálculo del Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica (el recibo que anualmente nos pasa el ayuntamiento) sigue usándose.

Siguiendo con el ejemplo del Golf, según la ordenanza municipal que lo regula para el ejercicio 2008 (prácticamente todos los ayuntamientos la tienen en sus webs publicadas, sino podemos dirigirnos a las oficinas donde nos puesden facilitar una copia) tenemos el siguiente cuadro:

Como vemos, la versión TSI, de una mayor potencia y mejores prestaciones pertenecerá al segundo tramo del impuesto, por tanto se han de abonar 50,12€, mientras que la versión TDI generará un impuesto por valor de 105,80€. Los tramos son los mismos para todos los ayuntamientos, si bien el importe a abonar por cada tramo lo fija el ayuntamiento en sus ordenanzas fiscales para cada ejercicio.

Por tanto, sí es un dato muy importante el de la potencia fiscal, que como vemos no guarda relación alguna con la potencia real del motor, y deberemos tenerla muy en cuenta a la hora de adquirir un nuevo vehículo, pues por el modo en que en estos momentos se calcula habitualmente resulta más gravosa para los vehículos dotados de motores diésel (que normalmente deben recurrir a cilindradas más elevadas para obtener las mismas prestaciones).